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El efecto de la empatia en las interacciones sociales

Un reciente estudio (1) estudio evaluo las diferencias en el curso del tiempo del procesamiento cognitivo de rostros humanos con expresiones de alegría, neutras e ira en personas con baja y alta empatía, para lo cual se utilizó como indicadores neurofisiológicos los PRE P100, N170 y LPP, como indicadores de la atención temprana, codificación del estímulo como un rostro humano y activación y enganche atencional.

Una de las habilidades fundamentales para la interacción social y la comunicación emocional es la empatía (Social Interaction), la cual se define como la habilidad para entender y responder a los mensajes emocionales de otros (Motivation, Emotion & Craving). La empatía está dividida en dos componentes: la empatía afectiva, que es un proceso en donde la percepción de una emoción en otra persona genera una reacción emocional en sintonía con la percibida, y la empatía cognitiva, que es la habilidad para inferir de forma precisa la emoción del otro (Human Competence).

La forma de comunicación más básica de las emociones es por medio de las expresiones faciales (Stimulus Presentation), las cuales tienen una función biológica y afectan de forma diferencial al observador. Se ha demostrado que las expresiones faciales generan respuestas de mímica y contagio emocional, por ejemplo, las expresiones faciales de alegría generan activación del músculo cigomático y las expresiones de ira la activación del músculo corrugador, incluso cuando las expresiones son vistas por periodos de tiempo muy cortos en donde no hay conciencia de la expresión observada. Sin embargo, el contagio emocional producto de la observación de expresiones emocionales en el rostro se ha encontrado solamente en personas con alta empatía afectiva, las cuales son las que presentan mayor actividad de los músculos cigomático y corrugador ante expresiones de alegría e ira respectivamente.

A nivel central el procesamiento de rostros humanos se ha asociado con varios potenciales relacionados a eventos (PRE), principalmente con el componente N170, el cual es un potencial temprano negativo que ocurre en la región parietal-temporal y es un indicador fiable de las etapas tempranas de codificación de las características faciales. El PRE P100 también se ha asociado al procesamiento temprano de rostros, el P100 es un potencial positivo que sirve como indicador de atención temprana y ocurre en la región occipital-parietal. El P100 aumenta ante la observación de rostros humanos, lo que sugiere la relevancia biológica de las características del rostro. Finalmente, el componente LPP es un potencial positivo tardío que se genera en la región parietal-occipital después de 300 ms y se asocia a activación y atención sostenida hacia diferentes estímulos, entre ellos los rostros humanos, que generan enganche atencional por su relevancia motivacional (Motivation, Emotion & Craving). Este estudio nos revela la importancia de estudiar las interacciones sociales desde las neurociencias.
 

Referencias

(1)  
Efecto de la empatía sobre el procesamiento cortical temprano y tardío de rostros. Carlos Gantiva, Jenny Ricaurte, Andrés Zarabanda, Luz Calderón, Karen Castillo, Katherine Ortiz

(2) Light SN, Moran ZD, Swander L, Le V, Cage B, Burghy C, et al. Electromyographically assessed empathic concern and empathic happiness predict increased prosocial behavior in adults. Biol Psychol. 2015;104:116-29.

(3) Decety J, Jackson PL. The functional architecture of human empathy. Behav Cogn Neurosci Rev. 2004;3(2):71-100.

(4) Decety J. Dissecting the neural mechanisms mediating empathy. Emot Rev.2011;3(1):92-108.

 



Sebastian Moguilner

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